“Deberían dedicarse a otra cosa aquellos políticos que entienden que la política es para hacer plata, porque ella está para servir, no para acumular dinero”. Pepe Mujica.
El político está expuesto a que le formulen interrogantes.
Unas veces porque quieren indagar en sus interioridades.
Otras veces para saber los fundamentos de su trabajo, su actuación y su visión sobre las cosas.
En cualquiera de las circunstancias, siempre estoy presto a responder sobre mi actuación y sobre mi vida.
Soy un político que respeto a la gente.
Que no le hablo mentira a nadie.
Que no le creo falsas ilusiones a nadie.
Que solamente me comprometo con que estoy seguro que voy a cumplir.
Trato de emprender acción de beneficios individual, comunitaria, social, de solidaridad y de asistencia porque benefician a la gente como individualidad o como colectividad.
Nunca emprendo una acción pensando o esperando un beneficio político o electoral de manera particular.
Más que un político partidista, me defino como un trabajador social y comunitario.
Orientado por una alta y profunda voluntad y vocación de servicio.
Con un alto y profundo espíritu de solidaridad.
Y una alta y profunda sensibilidad humana y social.
“Quien no vive para servir, no tiene razón de vivir”, ensenó Juan Bosch.
Al servirle a la persona, no lo hago pensando en que me lo agradezca.
Ni mucho menos para que se sienta atado a mí por el hecho de servirle.
Ni convertirlo en colonia mental nuestra.
Ni mucho menos reducida en su dignidad personal.
Sirvo a los demás como un deber.
Por eso siempre insisto en que no me juzgue por lo que haga o no haga en términos personales por alguien.
Y que me júzgueme por mi trabajo al servicio de mi gente y de mi pueblo.
Por el cumplimiento de mi misión legislativa;
Por el cumplimiento de mi misión como representante.
Júzgueme por mi conducta personal. Por mi honestidad.
Mi máxima aspiración: Ser un referente para mi pueblo y para mi gente, sobre todo para la juventud.
El autor es periodista-diputado
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