Lunes 24 de noviembre.
Las declaraciones de José Ignacio Paliza, presidente del PRM y ministro de la Presidencia, reafirmando que “la impunidad se acabó” y que “vendrán más casos” de narcotráfico, se inscriben en una narrativa gubernamental que intenta hacer creer que esta es una lucha del gobierno, cuando en realidad ha sido la DEA y otras agencias las que han destapado los escándalos.
El gobierno no está liderando nada; está reaccionando y acatando los dictados de la DEA.
Paliza asegura que estos casos no evidencian un deterioro institucional, sino que “la ley actúa sin pedir permiso, pero su versión choca con la verdad, porque los grandes expedientes que hoy golpean al oficialismo surgieron de investigaciones estadounidenses, no de iniciativas del gobierno ni del sistema judicial dominicano.
Los nombres que han estremecido al país lo confirman: el diputado Miguel Gutiérrez Díaz, detenido en Miami, los arrestos en Florida de Fabio Jorge Puras y Gaspar Polanco Virella, y el reciente caso de Ethian Vásquez Amarante, esposo de una diputada del PRM, solicitado para extradición. Ninguno de estos procesos comenzó por acción del gobierno dominicano.
El discurso de Paliza, en lugar de fortalecer la imagen del oficialismo, revela que dentro del propio PRM hay más casos latentes y que el partido lo sabe. Anuncia expulsiones sin mencionar nombres.
Convertir cada escándalo en “prueba de que el país ha cambiado” es un recurso político, no una realidad.
Lo que cambió no fue la firmeza institucional dominicana, sino la disposición de Estados Unidos a actuar directamente. La ciudadanía lo percibe así, por eso no acepta la versión de que estos golpes al narcotráfico son logros del gobierno.
Cuando Paliza anuncia que ‘caerán más’, intenta vender una firmeza gubernamental que en realidad no existe.
Busca que el impacto de cada nuevo caso se amortigüe en la percepción ciudadana y que la condena moral no sea todavía mayor.”

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