Por Luis Herasme
Miércoles, 19 de noviembre 2025.
El informe que atribuye el apagón nacional del 11 de noviembre a un simple “error humano” deja más dudas que respuestas; más oscuridad que luz.
Según el director del Instituto de Energía de la UASD, José Luis Moreno, un operador, durante un mantenimiento en San Pedro, activó el interruptor equivocado y provocó la salida de una planta que estaba generando más de 120 megavatios y que ese primer fallo sacó casi mil megavatios del sistema.
Digamos que "es cierto que un operador en San Pedro accionó el interruptor equivocado";pero en un sistema eléctrico fuerte, moderno y con reservas suficientes de energía, un error de ese tipo no apaga un país entero.
Lo que este informe no aborda es la condición real del sistema en ese momento. Las redes estaban sobrecargadas por la alta demada. En pocas palabras, el sistema estaba trabajando al límite, como un camión subiendo una loma muy cargado y sin frenos de emergencia. Basta un hoyo leve para que el motor se pare.
Las protecciones (dispositivos para detectar fallas, como sobrecargas, cortocircuitos o variaciones bruscas de voltaje), no funcionaron. Es como tener extintor de incendio vacío justo cuando empieza un fueguito.
Culparlo todo a “un error humano” es una explicación demasiado cómoda para un problema más profundo.
El país merece una explicación seria y transparente de lo sucedido.
Si el sistema sigue igual, cualquier otro descuido, por pequeño que sea, puede volver a apagar por los cuatro costados a la República Dominicana.

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