Escrito por: FAUSTO ARAHUJO
La violencia contra la mujer
continúa siendo una realidad. La misma se ha convertido en el “pan” nuestro de
cada día, en una costumbre, no solamente ejercida por hombres de los extractos
más humildes de la sociedad, sino por políticos, profesionales, empresarios,
artistas, autoridades congresionales, municipales, militares, policiales y de
otras índoles.
En efecto, las cifras de que se
disponen sobre la violencia intrafamiliar son verdaderamente escandalosas,
conmovedoras y escalofriantes: 2 mil 296 mujeres asesinadas en la República
Dominicana desde finales del año 2000 hasta los primeros meses del 2013, de
conformidad con estadísticas recogidas en la Policía Nacional y reportes
obtenidos en el Ministerio de la Mujer, en el Centro de Investigación para la Acción
femenina (CIPAF), en PROFAMILIA y en el libro “Las Mujeres Contra la
Violencia,” de Ana María Brasileiro.
Además, más de 7 mil 480 menores de
edad han quedado huérfanos, 711 hombres se han quitado la vida después de haber
segado la vida a sus parejas o ex parejas, mientras que el número de mujeres
con lesiones severas, graves o leves, víctimas de la violencia de sus maridos o
ex maridos celosos asciende a 19 mil 258 en igual período.
Se habla de por lo menos tres
víctimas mortales por semana a causa de violencia doméstica. Políticos,
empresarios, artistas, autoridades policiales, congresionales, municipales y de
otras áreas no escapan como victimarios, protagonistas de la ola de violencia
contra las mujeres.
Pese a los notables avances que ha
experimentado la humanidad y a las legislaciones condenatorias que contra esa
bochornosa práctica se han puesto en vigencia en los últimos tiempos, la mujer
dominicana y las de otras naciones del mundo continúan siendo víctimas
constante de múltiples formas de violencia, abusos, atropellos y de acoso
sexual.
Para la directora del departamento
de salud reproductiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Marleen
Temmerman, la violencia machista es un problema en aumento, al tiempo que
afirma que una de cada tres mujeres asesinadas (un 35%) muere a manos de su
pareja, mientras que solo el 5% de los asesinatos de hombres son cometidos por
su pareja. La OMS estima en 5.000 la cifra de los asesinatos de mujeres que se
cometen cada año en el mundo.
En consecuencia, con la llegada del
nuevo milenio y a partir del siglo XXI los diferentes gobiernos del mundo, la
sociedad civil, los líderes políticos y religiosos deberán auspiciar un cambio
de actitud en la mentalidad de muchos hombres que son amantes de ejercer la violencia
en todas sus manifestaciones contra mujeres y niñas indefensas.
Esa práctica, que se expande por la
humanidad sin excluir continentes ni naciones, aun sean éstas ricas o pobres,
ha sido considerada por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia como “una
de las negaciones más perniciosas de los derechos humanos”. Esa es una verdad
pura, pues quienes ejercen la violencia o abuso generalmente son personas de la
confianza de las víctimas, es decir, que pertenecen a la misma familia.
Blogger Comment
Facebook Comment