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Por Luis Herasme.
El ministro del Ministerio de Industria y Comercio de República Dominicana -MIC-, José del Castillo Saviñón, metió los dos pies en unmismo zapato, cuando presenta el acuerdo DR-Cafta como la "salvación" económica de nuestro país, evita referirse a la onda de integración progresista latinoamericana y resalta como "oportunidad" el que "supuestamente" empresarios venezolanos estén trayendo inversiones a nuestra nación ante "la crisis en la República Bolivariana de Venezuela".
Así, Saviñón ofende los dignos esfuerzos de integración que soplan desde otras latitudes, ofende la memoria del fenecido presidente Hugo Chávez y a quienes estamos en inmenso dolor por su partida física.
Lástima que este joven ministro del gobierno de Danilo Medina esté tan salvajemente alejado de la visión de integración regional que impulsan casi todos los países de América Latina, a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC-, la Unión de Naciones Suramericanas -UNASUR-, el Mercado Común del Sur -MERCOSUR-, la Alternativa Bolivariana de los pueblos de América -ALBA-, y sobre todo del Acuerdo Petróleos para el Caribe -PETROCARIBE-, del cual nuestro país es signatario.
Pena que este ministro, conforme a su palabras, que creo no fueron sacadas de cotexto, no se haya percatado del fracaso del neoliberalismo como alternativa a la solución de la situación de miseria de nuestras poblaciones.
Concibo como una imprudencia del señor Saviñón que destaque la inversión de empresarios venezolanos que no se sienten representados por la Revolución Bolivariana, en lugar de resaltar (aunque la menciona) los altos beneficios que Petrocaribe ha representado para República Dominicana y que jamás el DR-CAFTA se le compararía en cuanto a alma de solidaridad.
Contraproducente también que considere al DR-CAFTA como ruta a seguir, cuando nuestro país está ante la enorme oportunidad de aprovechar el pujante mercado chino y de otras tantas naciones que están dispuestas a ofrecer mejores condiciones comerciales, en el marco de esfuerzos conjuntos de integración.
Si el presidente Danilo Medina, preside un gobierno que apuesta por la transformación de la República Dominicana, entonces es de suponerse que sus funcionarios, principalmente los del área económica, sean consecuentes con el discurso del guía.
Quienes hemos apoyado a Danilo en aras de la esperanza y la emancipación, sentimos y lamentamos, ante posturas como la del ministro de Industria y Comercio, que aquí aún no se haya empezado a tomar el "toro por los cuernos", pese a la angustia incesante de los espíritus gigantes de Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón, Juan Bosch, Francisco Alberto Caamaño y otros patriotas, quienes desde los cielos claman por real justicia social para la República Domincana.
El Autor es Periodista. Produce y conduce el programa radial Poder Interactivo, desde Neiba, provincia Bahhoruco, República Dominicana. Administrador del Sitio: www.elfututo.com
luisherasme@gmail.com
Lástima que este joven ministro del gobierno de Danilo Medina esté tan salvajemente alejado de la visión de integración regional que impulsan casi todos los países de América Latina, a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC-, la Unión de Naciones Suramericanas -UNASUR-, el Mercado Común del Sur -MERCOSUR-, la Alternativa Bolivariana de los pueblos de América -ALBA-, y sobre todo del Acuerdo Petróleos para el Caribe -PETROCARIBE-, del cual nuestro país es signatario.
Pena que este ministro, conforme a su palabras, que creo no fueron sacadas de cotexto, no se haya percatado del fracaso del neoliberalismo como alternativa a la solución de la situación de miseria de nuestras poblaciones.
Concibo como una imprudencia del señor Saviñón que destaque la inversión de empresarios venezolanos que no se sienten representados por la Revolución Bolivariana, en lugar de resaltar (aunque la menciona) los altos beneficios que Petrocaribe ha representado para República Dominicana y que jamás el DR-CAFTA se le compararía en cuanto a alma de solidaridad.
Contraproducente también que considere al DR-CAFTA como ruta a seguir, cuando nuestro país está ante la enorme oportunidad de aprovechar el pujante mercado chino y de otras tantas naciones que están dispuestas a ofrecer mejores condiciones comerciales, en el marco de esfuerzos conjuntos de integración.
Si el presidente Danilo Medina, preside un gobierno que apuesta por la transformación de la República Dominicana, entonces es de suponerse que sus funcionarios, principalmente los del área económica, sean consecuentes con el discurso del guía.
Quienes hemos apoyado a Danilo en aras de la esperanza y la emancipación, sentimos y lamentamos, ante posturas como la del ministro de Industria y Comercio, que aquí aún no se haya empezado a tomar el "toro por los cuernos", pese a la angustia incesante de los espíritus gigantes de Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón, Juan Bosch, Francisco Alberto Caamaño y otros patriotas, quienes desde los cielos claman por real justicia social para la República Domincana.
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