Reelección de Barack Obama; Retos con Latinos y Minorías.


Por Luis Herasme,
Yinet Morillo Féliz,
y Joel Herasme Melo.


Barack Hussein Obama, nacido el 4 de agosto de 1961, será investido para un segundo mandato el 21 de enero de este 2013 , ya no entre tantas expectativas como las que generó el inicio de su primera gestión hace cuatro años, cuando entonces había centrado la mayor atención mundial, por su condición de primer presidente negro de la historia de Estados Unidos.



Pese a tal realidad, no se duda que las promesas del demócrata Obama renovaron las esperanzas de las minorías nacionales, conformadas por latinos, afroamericanos y asiáticos, quienes determinaron su triunfo, aunque por estrecho margen, sobre Mitt Romney, respaldado por la mayoría de los blancos norteamericanos.


Obama, candidato del Partido Demócrata, ganó su segunda elección con 62 millones 615 mil 406 votos populares, para el 51%, frente a su oponente Romney del Partido Republicano, quien obtuvo 59 millones 142 mil sufragios, para el 48%, para una diferencia a favor del primero de 3 millones 473 mil 406. 


En los votos electorales, la victoria de Barack fue mucho más acentuada. Sobre el total de los 538 votos, el presidente ganó 332; su opositor Romney, 206.

Barack fue favorecido por el 71% de los votos latinos; por el 93% de las papeletas de los afroafricanos, y por el 73 de los sufragantes asiáticos. Por ejemplo, de más de 12 millones de hispanos que fueron a votar, 8 millones 500 mil prefirieron a Obama y el resto a Romney.

En cambio, la mayoría de votantes blancos, el 59%, votó por Romney, frente al 39% que lo hizo por Obama. 

Comprensible, entonces, que el líder negro deba y agradezca su triunfo a las minorías, principalmente a los hispanos que conforman el 17% de la población total, unos 52 millones de habitantes (entre aptos y no aptos para votar); a los afroamericanos, que integran el 12.6%, cerca de 40 millones; pero también al 5.8% de asiáticos, con una población que se aproxima a los 20 millones de residentes en territorio norteamericano. 

Promesas de Obama a Minorías.

Apoyado fundamentalmente en los estudios de opinión, Obama comprendió que el triunfo se lo darían las minorías raciales. A ellas acudió, con ellas se abrazó, rió, charló, lloró y les prometió mejorar sus condiciones de vida y regular la situación de unos 11 millones de migrantes que residen ilegalmente en el país, esto último mediante una reforma de las leyes migratorias. 

Había dicho que no tiene sentido expulsar a jóvenes con talentos que pueden aportar mucho al desarrollo de los Estados Unidos.

Como para dar muestras de alta voluntad, emitió en junio del 2012 una orden ejecutiva mediante la cual se prohíbe la deportación de jóvenes ilegales que fueron llevados por sus padres a Estados Unidos, cuando eran niños.

La simpatía mayoritaria que permitió la reelección de Obama, se debe también a su carisma, a condición de negro y a su insistente planteamiento de que las familias más ricas del país sean las que paguen, partir de este 2013, mayores impuestos para reducir un déficit presupuestario que en el recien finalizado 2012 cerró en aproximadamente 1 billón 100 mil millones de dólares (un 7% del Producto Interno Bruto o producción general de EEUU).

Llama la atención que hace cuatro años el déficit encontrado por la gestión gubernamental que finaliza este mes de enero, haya sido también superior al billón de dólares, lo cual es indicativo de que no fueron tomadas medidas coherentes para afrontarlo.

De su lado, los republicanos, desde la Cámara de Representantes bajo su control, presionan para que la mayor carga para reducir el déficit sea recibida por las clases media y baja, mediante recortes en los servicios de salud, asistencia social y alzas de impuestos, a lo cual se opone el presidente.

Minorías serían mayorías en 37 Años.

Conforme al Censo de Población, publicado en julio del 2011, Estados Unidos tiene 313 millones 847 mil 465 habitantes, entre blancos, hispanos, afroafricanos y asiáticos.

De esa totalidad, el 36.3% corresponde al conjunto de las minorías (unos 113 millones de habitantes) y el restante 63.7% al grupo de la mayoría de blancos (aproximadamente 200 millones de personas).

Pudiera ser que muchos conciban, erróneamente, que Obama está obligado a gobernar a favor de las minorías en agradecimiento al apoyo del 6 de noviembre. De que está obligado es una realidad incuestionable, pero no esencialmente por la mera cuestión electoral, sino porque históricamente las minorías han sido las más afectadas por la inequidad, la falta de oportunidades, los peores salarios y la falta de atención.

Otra causa que no podemos obviar es el hecho de que conforme a las últimas mediciones estadísticas, para el 2050 el conjunto de las minorías latinas, afroamericanas y asiáticas pasarían a ser el 54% de la población estadounidense, debido a la inmigración, pero principalmente a la natalidad. 

Principales Retos de Obama.

Pensamos que el mayor reto de Obama ha de ser transformar profundamente las políticas a favor de las minorías, garantizándoles mejor educación, mayores oportunidades de empleos, incentivos para el establecimiento y desarrollo de empresas, no solo por una cuestión de justicia, sino para evitar que Estados Unidos sea una nación ingobernable en menos de 20 años, a causa de la agudización de los niveles de pobreza entre las crecientes minorías, aumento de la crisis económica, de la inseguridad, la criminalidad y las desigualdades.

Otro de los retos del presidente, en el marco de su segunda administración, es cumplir su promesa de regular la situación de más de 11 millones de personas en condiciones de ilegalidad en territorio norteamericano, mediante una reforma migratoria.

Otro gran reto que debe afrontar Obama en los próximos cuatro años de gobierno, ha de ser el de llevar a Estados Unidos a volver la vista a América Latina, pero para establecer relaciones con sus vecinos basadas en el respeto mutuo y en consonancia con la autodeterminación democrática de las naciones, dejando de lado cualquier remante de Guerra Fría que pudiese entorpecer una integración beneficiosa, lo más cercana posible a valores de justicia, solidaridad, hermandad y espíritu transformador..

Nuestras Conclusiones.


En conclusión, pensamos que la segunda victoria electoral del presidente Barack Hussein Obama, en las elecciones generales del 6 de noviembre del 2012, reafirma el crecimiento coincidente de la conciencia política y social de las minorías, integradas por latinos, afroamericanos y asiáticos.



Tal avance de conciencia y afinidad política y social ante una realidad común, queda esencialmente explicado en el hecho de que Obama recibiera el respaldo de un promedio mayor al 71% de los votos de las minorías, muy por encima del alcanzado por Mitt Romney, menos del 30%.

Estas poblaciones minoritarias, que en suma representan el 36.3% de la totalidad de estadounidenses, reafirman también que en lo adelante seguirán siendo decisivas en la escogencia de los próximos presidentes, y más cuando las últimas estadísticas indican que serán población mayoritaria para el 2050.

Concluimos también que el respaldo abrumador que éstas otorgaron al dirigente negro, es también la viva expresión de sus esperanzas de que en esta oportunidad sean aplicadas políticas públicas que transformen sus condiciones de vida, disminuyan la pobreza, la marginalidad y se les coloque en el centro principal de la nueva gestión gubernamental.

Las minorías son merecedoras de mejor educación, mayores oportunidades de empleos, más incentivos para el establecimiento y desarrollo de empresas, y de vivir libres del pánico y la incertidumbre que provocan a muchos la posibilidad de ser sacados del país por una u otra causa, citando aquí la amenaza de deportación de alrededor de 11 millones de personas por alegadamente encontrarse en condición de ilegalidad en el país.

Finalmente, el Presidente Barack Obama, en nombre de su gobierno, está en el deber de provocar que las políticas exteriores de Estados Unidos vuelvan su mirada a America Latina, no pensando ya en someter a sus vecinos, sino en propiciar una integración económica beneficiosa, sin excluir a nadie, y respetando las diferencias culturales, políticas e ideológicas. Sería esta una inteligente opción para ayudar a disminuir la emigración hacia territorio norteamericano, pero al mismo tiempo para animar a cientos de miles de migrantes a regresar a sus países de origen y dar lo mejor de sí al progreso.

Falta que Obama muestre estar dispuesto a abrir su segundo mandato a nuevos paradigmas y que diga también, parafraseando a su homólogo dominicano Danilo Medina, ¡Manos a la Obra!.


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