Sí, es una aberración!
BARCELONA.España . Acabo de leerlo en la prensa dominicana. El Tribunal Constitucional, el máximo órgano del Poder Judicial con capacidad de interpretar y hacer valer en última instancia los preceptos de la Carta Magna, acaba de dictaminar que los nacidos en territorio dominicano descendientes de inmigrantes indocumentados no son dominicanos. Que son hijos de extranjeros en tránsito!Con una interpretación sesgada, prejuiciada, racista y anti haitiana, el organismo le niega la nacionalidad incluso a personas de más de 80 años de edad que han nacido en suelo dominicano y que jamás han conocido más territorio que el patio de su propia casa. Increíble. Intolerable.
Y yo me pregunto: ¿No podemos salir al frente a tan brutal violación de un derecho tan elemental como lo es el de poseer una nacionalidad? ¿Para qué están los organismos internacionales y los tratados jurídicos supranacionales de los que el Estado dominicano es signatario? Utilicémoslos! Demostremos a esos falsos patriotas que cubiertos con el sagrado manto de la diosa Temis pretenden crear una franja de apátridas en el suelo de Quisqueya, que el odio y la segregación no tienen cabida en una sociedad moderna, democrática y civilizada, porque sólo conducen a la confrontación.
Desde Barcelona, una ciudad que tiene mucha tradición y orgullo pero que alberga un arcoiris de razas, culturas, lenguas y religiones conviviendo en perfecta armonía, observo con preocupación y pesar las malas prácticas y peores intenciones de determinados grupúsculos de poder en mi país que buscan a toda costa ocultar que haitianos y dominicanos, desde una perspectiva solidaridad, estamos llamados a forjar sociedades de progreso y bienestar mutuo, donde el odio y el racismo no sean más que las piedras angulares de un pasado aberrante que nos mantuvo durante siglos en la miseria y la incomprensión.
En ese mismo contexto de manipulación, odio y sinrazón se inscribe la manifestación anti haitiana organizada para el pasado 26 de septiembre en Bávaro. Una manifestación que, lejos de ofrecer propuestas y presentar salidas a lo que los organizadores consideran “un problema nacional” lo que busca es provocar abiertamente a la sociedad dominicana para que emprendan acciones unilaterales en contra de un colectivo de inmigrantes que realiza grandes aportes a la economía dominicana.
Vale. De acuerdo, Que marchen. El derecho a las manifestaciones está perfectamente reconocido en nuestra democracia. Pero que no marchen contra estos indefensos trabajadores, muchos de los cuales han sido traídos engañados a territorio dominicano. Que marchen contra los ingenios azucareros que no respetan la legislación laboral ni las normas migratorias. Que marchen contra los contratistas de obras públicas que hacen lucrativas sus empresas a costa de la sobre explotación laboral y que marchen contra el gobierno dominicano, cómplice y a la vez beneficiario de la injusta situación que padecen los y las inmigrantes haitianos/as y sus descendientes en territorio dominicano.
*Dominicano residente en España
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