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El Pueblo Dominicano, con el cual el Presidente de la República, Danilo Medina Sánchez, firmó en esencia un pacto para la implementación de un modelo económico incluyente y progresista, no conoce ni se siente representado por el denominado Consejo Económico y Social -CES-. Si alguien duda de mi afirmación categórica que salga a la calle y pregunte a la gente sobre esta entidad, paradógicamente constituida por Ley en la Constitución del año 2010.
Inevitablemente, en los primeros dos meses de gobierno de Danilo Medina, la población ha escuchado cada momento, por los medios de comunicación, el nombre de CES, por sus frecuentes encuentros con funcionarios del equipo económico, para hablar de pacto fiscal y de presupuesto general de gastos públicos.
Por momentos pensé que el CES, presidido por Monseñor Agripino Núñez Colllado, y realmente controlado por el más alto empresariado dominicano, había doblado el brazo a Danilo, en cuanto al monto de presupuesto y otros aspectos, teniendo yo casi la impresión de que el jefe de Estado estaba perdiendo el control del gobierno. Admito, me equivoqué.
Mis preocupaciones terminaron el 19 de octubre, cuando el gobierno le respondió al CES, con toda franqueza y firmeza, que el proyecto de presupuesto será de 469 mil millones de pesos, expresándole que no podía cumplir con su petición de rebajarlo a 410 mil millones, porque de hacerlo no dispondría de los recursos necesarios para Educación, Salud y otras áreas vitales para el desarrollo nacional.
No obstante sentirme animado y percibir que Danilo está gobernando, creo oportuno sugerir al gobierno sembrar pactos y alianzas desde abajo, con el mismo pueblo, con sus fuerzas productivas y sociales, inspirando la construcción de una muralla nacional para las transformaciones sociales y económicas, cuyos guías sean el verdadero Jesucristo de la Justicia, Juan Bosch, los Padres de la Patria, Gregorio Luperón, Francisco Alberto Caamaño y otros héroes y patriotas luchadores por la libertad y la dignidad.
Manos a la Obra, Señor Presidente, en procura de hacer parir la tierra dominicana, no solo de rubros, sino también de revoluciones de paz, salud, educación, cultura y de una nueva conciencia nacional para el futuro, en sintonía con el pacto que has firmado con el pueblo, mediante tu propuesta de gobierno progresista, participativo y de inclusión social.
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