Por Luis Herasme.
luisherasme@gmail.com
El pueblo quiere a su presidente y lo admira. Lo percibe como suyo. Es hora, entonces, de la segunda fase.
Las señales de cambios, constantes en la gestión de Danilo, esperan concreticidad desde este año 2013. En lo adelante, los efectos positivos de estas señales en las emociones de la gente podrían convertirse en traumas y decepciones, si no se constituyen en motor para un cambio del modelo económico, social y cultural del país, con real inclusión social y participación.
Percibido en campaña como candidato de bajo perfil por amplios segmentos de la población, se ha convertido, tal vez sin proponérselo, en la figura política con mayor popularidad del país, incluso por encima de su compañero de partido Leonel Fernández.
De su gestión se espera la transformación de la nación dominicana, esperanza cada vez más creciente, en la medida que los humildes lo ven llegar a sus ranchos o casuchas como uno más de los suyos.
Danilo, en estos cinco meses de gobierno, ha sido pueblo y se ha diferenciado de obsoletos estilos de gobernar.
En la segunda fase, para seguir siendo pueblo, tendrá que remover las instituciones y destituir a muchos de sus incumbentes, sembrando en éstas los valores de eficiencia, transparencia, patriotismo,sacrificio y solidaridad.
Solo así, las Direcciones, Los Ministerios y otras dependencias del Estado, podrán ser capaces de tocar y bailar al mismo ritmo la música del director de la Orquesta, quien insiste hará lo que nunca se ha hecho en la República Dominicana. Es el segundo examen pendiente que Danilo ha de pasar también con 100.
Manos a la Obra, Señor Presidente!!.
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