
“Lo que el viento se llevó” es un drama romántico escrito por la estadounidense Margaret Mitchell en el que se retrata el derrumbe de una sociedad, la sureña de los Estados Unidos anterior a la Guerra de Secesión, y descrito en un tono quejumbroso y nostálgico lamenta su destrucción.
En términos metafóricos se utiliza la expresión cuando alguien, o un conjunto social, han construido algo, ya sea una condición de vida, el logro de unas aspiraciones, o cualquier meta, y de repente ve cómo se derrumba ese mundo.
Cuando alguien con tesón, con ambición, con destrezas inigualables, construye un mundo y de repente se da la ocurrencia de una situación y entonces ese mundo se “evapora”, se “volatiza”, “se va”.
El de Martha Heredia era mundo mediático porque el verdadero era muy distinto, el real era gris-negro que por esas casualidades de la historia se reveló tal como era ante un país que al conocer la noticia quedó petrificado, quedó paralizado, porque una vez vio en ella el símbolo del orgullo dominicano.
Parafraseando a Margaret Mitchell podemos decir “lo que la heroína se llevó”
Lo que la heroína se llevó
Debo confesar que nunca fui seguidor del arte de Heredia, pero nos representó en un evento internacional, y ganó, y puso al país en lo más alto del pináculo artístico en esa ocasión, y ya eso era bastante como tenerla en mis respetos.
Para sus admiradores y admiradoras era un ídolo, pero resultó serlo de “barro”.
Realmente a la Heredia le he dado seguimiento a raíz de su persecución en contra de su pareja sentimental, el también cantante Vakeró, a quien le he reprobado esa actitud sumisa, y hasta servil, ante quien lo ha hundido inmisericordemente.
Sobre ese particular he mantenido el criterio de que en la Heredia se ha observado una actitud persecutora y de prepotencia que a veces luce irracional en quienes no manejamos el tejemaneje de la situación, y que la finalidad de su acción no era simplemente la de que se aplicara Justicia, sino la de hacer daño, y daño irreparable.
Martha Heredia traicionó al país y podrán buscarse miles de argumentos atenuantes para alivianar la carga de la Ley, pero delinquió, no sólo lesa país, sino lesa humanidad por un motivo universalmente reconocido como inaceptable con arreglo al derecho internacional e inaceptable en las sociedad actuales, como lo es el tráfico de estupefacientes o drogas prohibidas.
En el caso de la Mitchell el viento se llevó toda una estructura de bienestar y pomposidad de una sociedad, y en el caso de la Heredia se llevó todo un mundo irreal, toda una confianza y un derroche de apoyo de su país que en su momento se convirtió en una especie de nacionalismo.
Estaba previsto que la Heredia representara al país en el III Festival de la Canción de Panamá a celebrarse entre el 8 al 12 de mayo, pero habrá que buscarse a otro exponente u otra exponente para tales fines.
Desconozco si ella hoy dice como decía la protagonista de “Lo que el viento se llevó” de Margaret Mitchell: “Pongo a Dios por testigo de que no podrán derribarme. Sobreviviré”, pero en su caso, no han sido los demás quienes han querido derribarla, ha sido ella misma, ha sido su propia naturaleza
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