Mièrcoles, 30 de septiembre 2020
Por Luis Herasme
Es insustancial, superficial, infantil e hipócrita, el concepto de que sean personas "independientes" de partidos políticos, las que resulten seleccionadas como jueces de la Junta Central Electoral (JCE), incluyendo su presidente.
El criterio fundamental para la escogencia debería basarse en la capacidad que tengan los y las aspirantes de cumplir con las normas y los principios del código de ética que rigen el buen accionar del tribunal de elecciones.
Oportuno recordar que supuestos "independientes" de renombre, resultaron luego pintados del color del partido gobernante y fueron designados funcionarios en ministerios y direcciones.
Lo de llevar supuestos "independientes" a la JCE parecería ser parte de un interés parcializado, con la finalidad de cerrar la posibilidad a personas que independientemente de que militen en un partido, tendrían alta capacidad de ejercer bien la función de juez o jueza de la Junta.
Un juez o una jueza de la Junta Central Electoral obtendría el respeto y la confianza del electorado en la medida que sea capaz de cumplir los principios y las reglas establecidas y no porque provenga de la sociedad civil organizada o de un partido político.
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