Javier Flores
Santo Domingo“Papi, yo te amaba, sabes que era así”, gritaba desconsolada Rut Amaro ante el ataúd con el cadáver de su padre, Carmelo Amaro, asesinado el lunes cuando intentó evitar un asalto en el sector Villa Aura, Santo Domingo Oeste.
En la funeraria Blandino de Herrera, familiares y amigos fueron a dar el último adiós a Amaro, reconocido en su municipio como hombre tranquilo, solidario y buen vecino, quien no se metía con nadie.
“Mi papá murió tratando de salvar a alguien que ni siquiera conocía, eso te debe de decir qué tan buen ser humano era él. Nos formó con valores y principios procurando el bien común sobre su propio bienestar”, agregó Rut, la segunda de tres hijos que tuvo Amaro.
El mayor, como se le conocía entre los vecinos, era también el presidente de junta de vecinos de la urbanización Luz Divina.
“Es que era alguien muy querido por todos nosotros, era el tipo de persona que te vociferaba cuando pasaba el camión de basura”, agregó Joel Blanco, vecino de Amaro por alrededor de 15 años.
A la funeraria se dieron cita múltiples personalidades del ámbito político, entre ellas el expresidente de la República, Hipólito Mejía y la exvicepresidente Milagros Ortiz Bosch.
Amaro era el director del Departamento de Transportación del Ayuntamiento de Santo Domingo Oeste.
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